Una casa nórdica llena de cosas bonitas. Para empezar puede presumir de una terraza coqueta con cuidados detalles. Las paredes de ladrillo y los suelos de madera oscura para el salón le aportan fuerza y personalidad. La escalera no se puede pasar por alto con esa forma sinuosa que nos dice que al lugar al que nos lleva no va a ser menos. El dormitorio, nórdico de ensueño, y todo esto coronado por una estupenda luminosidad que no lo puede hacer más apetecible.
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